domingo, 18 de junio de 2017

IV TRAIL ESTADILLA 2017

Por aquello de seguir escribiendo de deporte y hacer uso del nombre del blog en toda su extensión... el pasado sábado volví a dejarme ver por una carrera. ¡Escribir de vinos está bien pero de vez en cuando hay que variar! Estadilla fue la localidad y su famoso Trail de la Carrodilla el evento elegido.

Gracias a la charanga, Estadilla es prácticamente mi segundo pueblo por la gente que conozco y lo bien que me lo paso cada vez que voy allí. Lo de este sábado no fue tan divertido ni descansado como tocar el saxo en las fiestas pero era algo que ya echaba de menos y no se me ocurre mejor escenario que este. ¡Así que vamos allá my friends!



19:30 horas del sábado 10 de junio de 2017. 



Justo el día anterior he vuelto de estar con Judith de vacaciones una semanita en Menorca. ¡Espectacular sitio por cierto! Hoy sábado y tras una copiosa comida familiar, estoy en el Portal del Sol de Estadilla rodeado de gente con ropa deportiva con ganas de correr 15 kilómetros con 500 metros de desnivel. Sombras cero, sol criminal y más calor que cazando camellos con un neopreno.

Yo voy sin gorra, sin gafas de sol, sin reloj, sin geles, sin música, sin presión... pero con una botellita de agua de 50cl en la mano. ¡Uno ya es perro viejo y sabe que para lo poco que pesa te da un buen servicio en días como este!

Al principio salimos como fuinas porque el trazado llanea o tienda a bajar, pero pronto las cuestas ponen a cada uno en su sitio, baja el ritmo general, desaparece la conversación y se empiezan a escuchar jadeos en varios idiomas. Los primeros 5 kilómetros son de subida general y en ellos, debido al calor y la pendiente, me encuentro con algún que otro pajarón célebre al que me paro a socorrer con mi agua fresquita. Yo tampoco es que vaya sobrado ni mucho menos, pero cuando ves a un amigo pasando un rato feo lo menos que puedes hacer es pararte a ayudarle como puedas. 

Tras el parón obligado, sigo avanzando a mi marcheta de tractor desinflado junto a muchas caras conocidas y alguna desconocida hasta que llego con el Presi Torres al avituallamiento del Santuario de la Carrodilla. ¡Un trago de agua, un trozo de sandía, unos ositos de gominola y arreando hacia abajo! Al poco me encuentro en la bajada con mi amiga Bea sentada en el camino porque se ha torcido el tobillo y tiene que abandonar la carrera muy a su pesar. ¡Una lástima porque es de Estadilla y tenía mucha ilusión en cruzar esta meta!

De ahí hasta el final ya es todo cuesta abajo por el precioso camino del barranco de Mentirosa. Agarrándome a los ritmos de Miguel primero y Jorge después, aparezco con las piernas ya un poco acartonadas de nuevo en la meta de Estadilla. ¡Qué carrera tan maja, tan exigente y tan bien organizada! El reloj de meta dice que he llegado en 1h41min32seg y a mí me parece perfecto. La próxima vez que vuelva a Estadilla ya será para agosto, con la camiseta rosa y el saxo colgado del cuello. 

La velada termina con unas cervecitas, una ducha en casa de mi compañero charanguero David, una cena de todos los corredores en el Portal del Sol, un sorteo de premios en el que no me toca ni la pedrea y un concierto verbenero de un grupo llamado Gran Reserva. ¡No se puede pedir más!

Enhorabuena a la organización y a todos aquellos que decidieron sudar la gota gorda por los caminos de la Carrodilla. Volveré. 







¡Saludos, litros y kilómetros desde Barbastro!

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