martes, 25 de junio de 2013

LOS 10 MONTES DE VITORIA

Sábado 22 de junio de 2013. Vitoria. 04:56 de la madrugada.

Una misteriosa silueta surca velozmente la avenida Gasteiz sobre una bicicleta Rabasa que, aunque en fotos parece rosa, vista en directo es naranja. A pesar de que es totalmente de noche lleva gorra, zapatillas de monte, un pantalón corto, un cortavientos, dos bastones y una mochila camelbag. Dentro de ella se puede encontrar un par de calcetines secos, un Ipod, una cámara de fotos, un teléfono móvil, las llaves de casa, tres bocadillitos de salami con queso, una bolsa de cacahuetes con miel, cinco ampollas de glucosa, dos Ibuprofenos, un plátano, 5 euros y un bidón de agua en el bolsillo exterior. Evidentemente, dicha silueta deja de ser misteriosa cuando digo que es la mía (siento haber decepcionado a los fans de Batman)


Llego a las cinco y pico de la madrugada al parking del estadio de Mendizorroza. A pesar de lo curioso de la hora, ya está lleno de gente ataviada de una forma parecida a la mía. Tras ponerle el candado a la bici, recojo el dorsal y me reúno con Natxo, el compañero del máster con el que estuve hace poco en la II Argantzun Mendi Lasterketa y, de paso, la única persona que conozco entre todo el mogollón. A las 5:20 de la mañana arranca una flota de autobuses repletos de corredores impacientes por empezar una aventura de 54 kilómetros y 2.252+. Destino: Azáceta. Cuando todavía no ha terminado de salir el sol y nuestros relojes dicen que son las 6 de la mañana, comienza la IX edición de Los 10 Montes de Vitoria...





Monte 1. INDIAGANA. Empiezo la carrera andando con mucha pachorra. No tengo prisa por ponerme a correr, simplemente quiero enchufar la maquinaria y que poco a poco se vaya acostumbrando el cuerpo. Tengo un pequeño dolor en la rodilla izquierda pero es de esos que se pasan en cuanto se calienta la articulación. Sé que esto va a ser muy largo y hay que tomárselo con calma, ya correré más adelante. Casi sin darme cuenta aparezco en la cima del primer monte a una hora en la que estaría durmiendo bien a gusto. 1 de 10, ya sólamente quedan 9...

Amanece sobre la llanada alavesa

Monte 2. ITXOGANA. Todavía no son ni las 7 de la mañana. Empiezan a salir los primeros rayos de sol y veo un amanecer chulísimo desde lo alto de los montes. Es un momento mágico al que no estoy acostumbrado. Llego a este segundo punto de control en 58 minutos en el K4. No pasa nada, voy un poco lento pero si algo aprendí el año pasado en la Peña Montañesa es que estas cosas se hacen así. Mejor lentito y progresivo que empezar a lo loco y reventar. Cabeza fría.

Cima del Kapildui
Monte 3. KAPILDUI. Hasta aquí he andado prácticamente todo el rato pero ya va siendo hora de empezar a hacer algo que se parezca a correr. Comienzo el descenso y llego a la carretera del Puerto de Azáceta, dónde tenemos el primer avituallamiento líquido con agua fresquita. Alrededor del K10, el camino gira hacia la cima del Kapildui. Como luego se baja por el mismo sitio, es inevitable cruzarse con los "primeros" que bajan dando saltitos con una facilidad insultante. Ni rastro de Natxo, debe ir como una bala muy por delante mio.


La cima del Kapildui (K11,7) es el punto más alto de la carrera y está coronada por un gigantesco radar meteorológico que, según me cuentan, tuvo que ser cambiado porque al poco tiempo de ponerlo le cayó un rayo. También puedes referirte a él como "el ojo de Sauron", los alaveses te entenderán igualmente...

Monte 4. ALMURRAIN. Cuando salgo del Kapildui son las 08:11 de la mañana. O sea, la hora de desayunar. Al poco rato me empiezan a rugir las tripas y echo mano del primer bocadillo de salami y una ampolla de glucosa. Un almuerzo un poco peculiar pero oye, no hay otra cosa.  

A partir de aquí se complica el asunto, comienzan las bajadas peligrosas y hace acto de presencia el protagonista principal de la jornada: EL BARRO. Barro, barro y más barro. Barro de todos los colores, texturas y grado de humedad. Un barro que ya no se te mete en el pie por debajo de la zapatilla, sino que lo hace directamente por arriba cada vez que pisas un charco. Ese mítico barro vasco que da igual dónde vaya porque siempre me persigue para impedir que salga limpio en las fotos. Cuando consigo llegar a duras penas a la cima del cuarto monte, a los voluntarios que están allí les pregunto si no les parece que al jardinero se le ha ido la mano con los aspersores a la hora de regar. Se rien aunque no sé si de mi chiste malo o de mi acento de Huesca...que les hace gracia. 


Monte 5. PAGOGAN. Sin duda, el peor tramo. Estos dos montes están separados por 7 kilómetros (desde el K17 hasta el K24) que hago en 1h53min. Un puto infierno de agua y más barro. Nunca había visto nada igual. Para mí, que soy persona de secano, es imposible desplazarme con soltura por un terreno así por muchas zapatillas de monte que lleve. Si fuera vasco y entrenara la mayor parte del año en unas condiciones similares probablemente iría mejor. Pero no, los suelos de Huesca suelen estar bastantes más duros y secos.

Al avituallamiento del Puerto de Okina (K22) llego agotado y muy justo de fuerzas por culpa del barro, que me machaca muscular y moralmente porque veo que avanzo poquísimo. A decir verdad, llego tan cansado que no tengo muy claro si voy a poder terminar porque aun queda mucha carrera. Menos mal que es un avituallamiento sólido y muy completo: sandía, melón, plátano, manzana, café, Donuts, membrillo, queso, Actimel, CocaCola, frutos secos, agua, bebida isotónica, galletas, chocolate, jamón, chorizo...de todo! Empiezo a engullir como si al día siguiente fuera a llegar el Apocalipsis y me recupero un poco. Sigo adelante y alcanzo la cima del Pagogan (K24) justamente a las 5 horas de carrera!

Monte 6. LENDIZ. Este tramo es más agradecido porque tiende a bajar y hay mucho menos barro. En algún punto entre estos dos montes me empieza a doler la zona de la tibia de la pierna izquierda por algún motivo. Probablemente una sobrecarga o algún mal giro durante el tramo anterior que tanto me ha costado. Lendiz es un monte pequeñito al que se llega atravesando un campo de cereal. El problema es que cuando aparezco por ahi (K33) son las 12:12 de la mañana y el Sol ya pega con ganas. 

Subiendo a Lendiz

Monte 7. ARRIETA. Nada más bajar de Lendiz aparezco en el Puerto de Vitoria, donde hay otro avituallamiento líquido. Aquí aprovecho para tomarme un Ibuprofeno y ver si se me pasa un poco la molestia de la pierna. Tras un breve descanso, arranco hacia la cima de Arrieta con un hombre con el que ya llevamos un rato juntos. Me avisa de que ahora tenemos una subida bastante fuerte y que va muy justo de fuerzas. En cambio, yo ya he pasado mi peor rato y ahora tengo la moral bastante alta porque me veo "cerca de meta" y estoy seguro de que llegaré a Vitoria. Será más tarde o más temprano...pero llegaré. 

Efectivamente, mi compi tiene razón y hay una subida bastante elegante, pero la hago con menos esfuerzo del esperado. Estoy animado y, aunque la pierna me sigue molestando un poco, todavía me queda gasolina para un rato. Son las 13:17 horas, pronto empezarán Los Simpson...

Monte 8. ZALDIARAN. Al llegar a la cima de Arrieta (K37) y ver que estoy bastante entero, me animo y echo a correr monte abajo. Con correr me refiero más al gesto que a la velocidad, ya que ésta tampoco es una maravilla. Vuelve a haber charcos de agua y barro en el camino. Algunos los esquivo pero muchos los piso porque total, a estas alturas de mañana no me cabe más barro de rodilla para abajo. Ya es inútil intentar no mancharse...

Segundo avituallamiento sólido. Puerto de Zaldiaran

Llego con ganas al segundo y último avituallamiento sólido en el K40. A pesar de las horas que llevo en marcha por aquellos montes, tengo el estómago cerrado aunque sigo haciendo buena cuenta de los Donuts. Justo a la salida del avituallamiento en el Puerto de Zaldiaran, veo un cartel indicativo de que "usted se está adentrando en la provincia de Burgos", lo que me recuerda que estoy lindando con el célebre Condado de Treviño y sus montes que tan bien conocí hace poco. Desde abajo, la subida al Zaldiaran asusta mucho pero luego no es para tanto...

Entrada al Condado de Treviño (Burgos)
Un tio feo y el monte Zaldiaran detrás

Monte 9. BUSTO. Desde la cima del Zaldiarán (K41) se ve la cima del Busto (K43). Lo que no se ve es la cacho subida que hay para llegar a él, y en especial un último tramo en el que casi hay que subir a cuatro patas. El amable voluntario que nos recibe en la cima de Busto avisa de que ahora viene un trozo con mucho barro. ¿¿Más barro?? Sí hijo sí, más barro...

Cima de Busto desde la cima de Zaldiaran

Monte 10. ESKIBEL. "Un momento, esta bajada me suena" (pensé). Es la bajada de la Argantzun Mendi Lasterketa en la que me pegué de leches contra todos los árboles habidos y por haber. Hoy tiene casi la misma cantidad de barro que el otro día, pero hoy no me joderán...hoy llevo bastones!!!


El voluntario tenía razón y los 4 kilómetros que hay desde Busto hasta Eskibel están otra vez llenitos de charcos y barro. Son ya las tres de la tarde y hace un calor del horror pero da igual, el barro sigue ahí a lo suyo. Fresco y resbaladizo. Poco antes de llegar al castillo de Eskibel (K47), me empiezan a rugir de nuevo las tripas conque no tengo problema en sentarme con los voluntarios que hay ahí y darle vida al segundo bocadillo de salami. Sé que a meta voy a llegar, el tiempo que haga ya me la bufa...


Finisher (o allegador)
META EN VITORIA-GASTEIZ. Esta prueba se termina atravesando una de mis zonas favoritas de Vitoria: el Parque de Armentia. Con las fuerzas que me quedan y tratando de olvidarme de todos los dolores que llevo por el cuerpo, intento correr porque ya tengo ganas de llegar. En la meta no me espera nadie ni voy a batir ningún record pero da igual, es mi carrera y quiero terminarla dignamente. Por fín veo el estadio de Mendizorroza. Tiempo final de 10h07min17seg. Casi nada pal cuerpo! Esto ha empezado a las 6:00 y ahora mismo son las 16:07, hora de estar echando la siesta en el sofá de casa con el estómago lleno de garbanzos. Nunca antes había terminado una prueba tan dura ni por distancia y desnivel ni por condiciones . A la llegada nos regalan un libro, una braga para el cuello y sí, no miento....un litro de leche. Oooooooootra vez! Esa mítica leche Nacturale que por alguna razón estos vascos dan siempre como premio. Y para colmo es semidesnatada...




 

Recomiendo mucho esta prueba. El ambiente es muy bueno, la organización logística perfecta y tanto las panorámicas que se contemplan como los bosques que se atraviesan valen mucho la pena. El único "pero" que le he visto yo ha sido el exceso de barro por las lluvias de esta semana atrás, pero eso ya no es culpa de la organización. Solamente con el blog es imposible hacerse una idea real de lo que estoy hablando porque no soy capaz de explicar lo que había por aquellos caminos...nunca había visto cosa igual. Yo creo que esta carrera "en seco" no tiene una dificultad excesiva porque, a pesar de que consiste en subir y bajar 10 montes de forma consecutiva, el desnivel acumulado tampoco es ninguna exageración. De haber estado el terreno seco y corrible, calculo que no hubiera tenido mayor problema para terminar por debajo de las 9 horas. Pero en estas condiciones, por lo menos para mí, es imposible hacer nada...LARGA VIDA AL BARRO!


COSAS QUE HE APRENDIDO EN ESTA ULTRA

  • Ahora me he dado cuenta de lo útil que fue pagar la novatada el año pasado en la Ultra del Sobrarbe. Esta vez no me agobiaba al ver que hacía 5 kilómetros en una hora porque sabía que entraba dentro de lo normal. Gracias a esa experiencia previa, ahora sabía cuándo tenía que andar y cuándo tenía que correr. 
  • Los bastones son una herramienta indispensable para larga distancia...y más todavía en Euskadi. Creo que no habría podido terminar la prueba sin ellos porque me hubiera desesperado. Así contando por lo bajo, los bastones me libraron fácilmente de 12 caídas en el barro. Además, a la hora de subir también ayudan mucho si los sabes usar bien.
  • Con esta prueba me he doctorado en asuntos de barro y agua. Ahora ya no me asusta ponerme a correr por un camino embarrado porque han sido muchas las ocasiones en las que he acabado hasta las pelotillas de él (literalmente). Cuando has estado 10 horas de tu vida pisando barro sin parar, aprendes a clasificarlo a simple vista según sus características químicas y fisico-químicas: composición, granulosidad, adherencia, porosidad, concentración de iones calcio, conductividad eléctrica...un poco de todo.
  • También he aprendido que 10 horas son muchas horas y que a estas carreras de larga distancia en montaña hay que tenerles muchísimo respeto. Es un esfuerzo físico y mental muy duro y continuado. No es ninguna broma.

COSAS QUE ME HAN LLAMADO LA ATENCIÓN

  • Lo rápido que pasa el tiempo en el monte. Así como en una prueba "de asfalto" una hora es una barbaridad, en una  prueba "de monte" una hora es lo que te cuesta ir de un avituallamiento a otro si tienes suerte y te los han puesto cerca. Hay que tener muuuuuuuuucha paciencia y olvidarse del reloj porque cada vez que te da por mirarlo ha podido pasar media hora perfectamente.
  • Todo es relativo. Recuerdo perfectamente que cuando eran las 12 de la mañana pensé "Venga va, que ya llevo seis horitas en marcha. Como mucho me pueden quedar otras cuatro..." ¿¿Cuatro horas y te parece poco?? Todo depende de cuál sea el total. Aquí diez minutos no son nada, en un medio maratón son un mundo...
  • Te duele todo menos lo que esperabas. A la salida en Azáceta no tenía ningún problema salvo una pequeña molestia en la rodilla izquierda. A la llegada en Vitoria, creo que me dolía todo menos eso. 
  • Es curioso que me llevé el Ipod con una lista de canciones preparadas expresamente para este día y luego no me apeteció sacarlo en ninguna de las 10 horas que estuve danzando por ahi. ¿Eso por qué es?
  • Sin duda, la fijación casi obsesiva que tiene esta gente con regalar cartones de leche.  


PD: igual me he hecho un poco pesado con el barro, pero es que yo no vi otra cosa...

 Saludos desde Barbastro!

2 comentarios:

  1. Acabo de encontrar por casualidad tu blog. Soy el compi con el que estuviste un rato pisando barro y disfrutando de la marcha. Un abrazo.

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  2. Algún día nos volveremos a encontrar por estos caminos...gracias y un saludo!!

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