domingo, 27 de enero de 2013

IVAN FERNANDEZ ANAYA

Sigo alimentando mi sección Personajes. Esta vez le toca el turno a Ivan Fernandez Anaya. Un pedazo de corredor que además es buena persona. Ya le nombré en la entrada de la Media Maratón de Vitoria 2012, así que no es un desconocido del blog. En aquella ocasión lo tuve que citar porque ganó la carrera, y me llamó la atención ver a un chaval blanco de mi edad venciendo en una media. Esta vez es por otra cosa...

Por si alguien no se ha enterado todavía, actualmente está de moda entre los corredores de las redes sociales nombrar a Iván. Aunque yo no soy mucho de seguir modas, por una vez y sin que sirva de precedente me voy a unir a ella...porque el motivo me parece muy digno de resaltar.

Todo ocurrió el pasado el pasado 2 de diciembre en el Cross de Burlada (Navarra). Según dicen los que estuvieron allí, la prueba estuvo dominada por el keniata Abel Mutai: medalla de oro en Londres2012 de la prueba de "3000 metros obstáculos". O sea, que no estamos hablando de ningun tuercebotas. Será que el mozo no había dormido bien pero el caso es que, a pocos metros de la línea de meta, pensó que ya había llegado y se paró a celebrar la victoria. Un despiste bastante inoportuno...


Iván venía en segunda posición justo detrás de él. Al ver claramente que Mutai se había equivocado, no dudó en ponerse detrás y "empujarle" por la espalda para que llegara en primera posición. Consideró que él era el justo vencedor del cross y no quiso aprovechar el error de Mutai para adelantarle. Ole tus huevos Iván! Para quitarse el sombrero (o la txapela...según se mire).

Desde ese momento, se han vertido rios de tinta narrando y explicando el buen gesto de Iván. Seguramente él lo hizo sin pensar y guiado únicamente por su buen hacer, pero la noticia ha dado la vuelta al mundo y ahora todos hablan de él. Ha reventado las redes sociales, le hacen entrevistas casi a diario, ha salido en los periódicos, lo ponen como ejemplo en mil sitios...y él continúa sin darle importancia. Sigue entrenando, sigue corriendo, sigue disfrutando y sigue ganando carreras a un nivel altísimo. Por ejemplo, y como ya he dicho antes, la media maratón y la San Silvestre de Vitoria.


Yo también me he subido al carro de la "moda Iván" porque creo que merece la pena. Además, actualmente tenemos varias cosas en común: es de mi edad, vive en Vitoria y le gusta correr. Salvo por el insignificante detalle de que él corre más rápido de lo que yo voy en bici...prácticamente somos almas gemelas! jajajaj



A modo de reflexión final, también me llama mucho la atención que se le de tanta importancia a un gesto simple de honestidad como este. Dice mucho de la sociedad en la que vivimos porque si historias como ésta fueran más comunes, nos iría mejor a todos. En este mundo podrido y dominado por el fútbol, nos estamos acostumbrando a engañar y ver cómo nos engañan todos los días. Y mientras esto no cambie no hay nada que hacer...

Esto sí que es fair play, y no cuando el Getafe le devuelve la pelota al Valladolid por una lesión que nunca existió. Al poco de terminar el cross, Iván dijo esto:

"aunque me hubieran dicho que ganando tenía plaza en la Selección española para el Europeo, no me habría aprovechado. Creo que es mejor lo que he hecho que si hubiera ganado. Y esto es muy importante porque hoy en día, tal y como están las cosas en todos los ambientes: el fútbol, la sociedad, la política...donde parece que todo vale, un gesto de honradez va muy bien"


Por cierto, el entrenador de Iván es un tal Martín Fiz. Cuando le preguntaron por el gesto de su pupilo dijo textualmente: "yo no lo habría hecho". Ahí queda la cosa.



 "HONESTIDAD, DISCIPLINA, EN UN MUNDO DE LOCOS
(Los Chikos del Maíz)

Saludos desde Vitoria!

2 comentarios:

  1. Algo que debería no ser noticia lo es.....es la sociedad en la que vivimos que un gesto que debería se común lo convierte en noticia. Bien por Ivan y Bien por Martín que lo ha reflejado.

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  2. Ya conocia esta noticia... no deberia ser noticia sino algo normal... pero este mundo actual es absurdo y anormal.

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